lunes, 1 de junio de 2015

La imprenta

La imprenta es un método mecánico destinado a reproducir textos e imágenes sobre papel, tela u otros materiales. En su forma clásica, consiste en aplicar una tinta, generalmente oleosa, sobre unas piezas metálicas (tipos) para transferirla al papel por presión. Aunque comenzó como un método artesanal, su implantación trajo consigo una revolución cultural.


La imprenta de tipos móviles que desarrolló el alemán Johannes Gutenberg fue una bisagra entre dos mundos, pues posibilitó la producción en serie de material impreso y facilitó el acceso a la lectura a grupos sociales que hasta entonces no habían soñado siquiera con su práctica.
El invento de Gutenberg, cabe aclarar, no surgió de la nada. La historia comenzó más de mil años antes, durante los cuales se dieron muchos procesos que desembocaron en la Biblia de 42 líneas que imprimió el alemán en 1450.
La imprenta, en realidad, es tan china como el papel: este habría sido creado hacia el siglo II y la primera hacia el siglo VII. Primero en madera tallada, después en piedra grabada, los chinos comenzaron a imprimir dibujos y textos sagrados. Hacia el siglo X, el artefacto evolucionó gracias a Pi Shen, quien desarrolló con barro cocido caracteres individuales móviles. Los turcos usaban hacia el siglo XIII caracteres hechos en madera, y los coreanos del siglo XV los hacían en cobre.
Mientras estos ingenios se difundían por el lejano y el cercano Oriente, Europa recibía las invasiones de los pueblos germánicos producidas a partir del siglo V y experimentaba un retroceso de la cultura escrita (que sólo se conservó en algunos monasterios) hacia la oral.

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